Cada día estaba allí, sentada en su silla de enea con el barniz desgastado por el tiempo en las escalinatas de entrada de la plaza de abastos.
Vendía café en paquetitos de papel de estraza que ella misma hacía por 25 pesetas. A su lado una lata de café a granel con la leyenda " Lo digo yo, lo dices tú, el mejor café : Catunambú "
Con frío, calor o lluvia siempre perenne en el mismo sitio buscándose la vida honrada mente. En Verano con su bambo a cuadros y abanico en mano, en inverno con su bata de guatiné.
Todo el mundo la saludaba al pasar y se paraban con ella
- ¿Que pasa Pelela, como estas?
- Pues ya ves, aquí a ver como se da el día que mañana tengo que pagar la luz.
Día tras día durante años su vida fue así, pasar horas esperando a que alguien le comprara para poder comer.
Eran tiempos dificiles en los se vivia al día sin saber que pasaría mañana.
Al terminar la jornada recogía su silla y su lata de café para volver a su casa a esperar un nuevo día igual que el anterior.
Vivió y murió pobre. El día de su entierro la iglesia se quedó pequeña.
Hola guapa, bella e íntima descripción de lo que es sencillamente vivir...o mejor dicho sobrevivir...
ResponderEliminarpasa buen viernes, gracias, besos variados..
¡Qué hermosa entrada! Preciosa descripción de la vendedora de café. Entrañable homenaje a un personaje popular. Un abrazo.
ResponderEliminarQue bonita historia, te ha quedado preciosa la entrada con tu estilo.
ResponderEliminarBesitos y salud
Mi querida Ceferina: Me encantan esos personajes tan entrañables que no sabemos como pero se meten dentro de nuestra vida y no los podemos olvidar nunca pues forman parte de ella.
ResponderEliminarGracias por haberla presentado.
Mil besos y mil rosas.
me encantaa los terminos que as utilizado, huelen a esta tierra muy muy bonita la entrada.
ResponderEliminarenhorabuenaa
cefe
Me ha gustado mucho tu relato, escribes muy bien prima, seguire leyendote. Besitos
ResponderEliminarYa estoy de vuelta, poco a poco me iré poniendo al día un gran saludo.
ResponderEliminar¿Te atreverías a hacer de tu vida una obra de arte?
ResponderEliminarNo sé qué pensaría la Pelela. Quizás no le hizo gracia ser el personaje secundario de la vida de tantos que luego abarrotaron la iglesia. Quizás no le hizo gracia ser el personaje secundario de su propia biografía.
No dejes de escribir. Nunca.
Saludos y gripe.
Una entrada tierna y conmovedora. Tan real, como la vida misma, como la propia Pelela, que en paz descanse.
ResponderEliminarNo sé qué fibra has tocado, pero me ha embargado la tristeza tras leer esta historia, tan bien escrita y descrita.
Un besazo y perdón por el retraso.
Hay personas que van más allá de lo material, y el afecto que atraen es silencioso pero leal.
ResponderEliminarCariños
Cefe, te he dejado un regalo en mi blog, espero que te guste. Besos y abrazos mil
ResponderEliminarmuy bonito relato.
ResponderEliminarREFLEXION A UNA MUJER ONRRADA, SIERES BUENO LA GENTE TE QUIERE
ResponderEliminarREFLEXION. mujer buena y trabajadora donde un pueblo la quiere y a la hora de su muerte pero el dia a dia pasa sin pena ni gloria pelelate queremos
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