Cae la tarde y las nubes se tornan de color anaranjado pintadas por los últimos rayos de Sol que timidamente las toca, dándoles un aspecto cálido que invitan a soñar.
Soñar otros mundos que parecen de ciencia ficción y en el que te sientes pequeño y extraño, como si no pertenecieras a el, como un recién llegado de algo llamado realidad. Y de pronto estas como flotando, ajena a todo. Imaginas cual niño pequeño que juega, en la genialidad de improvisación que tiene la Naturaleza, todo va cambiando minuto a minuto y cada vez te parece más increíble, más grande, más poderoso y lo mejor de todo es que eres parte de este universo maravilloso al que pateamos constantemente sin la más mínima culpa. Te das cuenta que vivimos en un paraíso en el que andamos sin caminar, miramos sin ver, oyendo sin escuchar, palpando sin llegar a acariciar, sin vivirlo.
¿Qué vida estamos viviendo si no somos capaces de acercar la piel para sentirla?
Pasamos por encima de todo.
Hay que parar aunque solo sea un minuto al día para tomar conciencia y ser parte activa de este increíble escenario. Sentirse por un momento más leve, tanto como esas nubes anaranjadas que nos transportan a la fantasía necesaria, y nunca más volver a sentirnos unos extraños.
Es cierto y deseable lo que comentas, Ceferina, pero no confío en el hombre, ni en mi mismo para recuperar unos valores, que se olvidaron, valores que hasta la última de las hormigas mantiene en todos sus actos, aquellos que te permite vivir y dejar vivir. Simplemente creo que ya no somos naturales, podrías preguntarle al lince que tienes en la portada, que crees que te diría.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
PERO, CUANTA RAZÓN LLEVAN TUS PALABRAS¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarSOMOS TAN SUPERFICIALES...
Y LIBRESE QUIEN PUEDA, YO LO INTENTO CADA DÍA, PERO SIGO TROPEZANDO.
UN BESITO
Amigo anónimo no seas tan pesimista que la esperanza es lo último que deve perderse.
ResponderEliminar¿Sabes lo que me contestó el lince?
Que si queremos podemos, que un poquito de cada uno hacen un mucho.
Saludos.
Reme lo importante es intentarlo cada día, un poco hoy y otro mañana hasta que llegue el día en el que ya no tropieces ni te veas torpe en el intento, con paso firme y decidido.
ResponderEliminarGracias por tu visita.
Bsos.
Mi querida Ceferina: Es tanta la belleza que nos rodea y dedicamos tan poco tiempo a contemplarla, que nos olvidamos de respirarla, de impregnar nuestros poros de ella.
ResponderEliminarTus palabras están llenas de sensibilidad e invitan a reflexionar.
Mil besos y mil rosas.