UNA PARADA EN EL CAMINO





Cae la tarde y las nubes se tornan de color anaranjado pintadas por los últimos rayos de Sol que timidamente las toca, dándoles un aspecto cálido que invitan a soñar.

Soñar otros mundos que parecen de ciencia ficción y en el que te sientes pequeño y extraño, como si no pertenecieras a el, como un recién llegado de algo llamado realidad. Y de pronto estas como flotando, ajena a todo. Imaginas cual niño pequeño que juega, en la genialidad de improvisación que tiene la Naturaleza, todo va cambiando minuto a minuto y cada vez te parece más increíble, más grande, más poderoso y lo mejor de todo es que eres parte de este universo maravilloso al que pateamos constantemente sin la más mínima culpa. Te das cuenta que vivimos en un paraíso en el que andamos sin caminar, miramos sin ver, oyendo sin escuchar, palpando sin llegar a acariciar, sin vivirlo.

¿Qué vida estamos viviendo si no somos capaces de acercar la piel para sentirla?
Pasamos por encima de todo.
Hay que parar aunque solo sea un minuto al día para tomar conciencia y ser parte activa de este increíble escenario. Sentirse por un momento más leve, tanto como esas nubes anaranjadas que nos transportan a la fantasía necesaria, y nunca más volver a sentirnos unos extraños.

FEDERICO


Cuantas cosas nos hemos perdido con su perdida.

Cuantas cosas se ha perdido el.

¿Quien gano con su perdida y que ganaron?

Perdimos un genio y muchos libros que se fueron con el, una vida sesgada por un

fanatismo destructivo que no hizo bien a nadie.