Como el tráfico esta fatal decidí comprarme un helicóptero. Si si, un helicóptero; hasta hice las gestiones para sacarme el carnet de pilota (uf, que mal suena) bueno eso... para pilotar. Creí que era más difícil, ¡que va! digamos que asequible para mis neuronas y me dije adelante que tu, puedes y querer es poder; así que me puse manos a la obra.
Cuando ya lo tenía todo casi organizado, con toda mi ilusión lo conté a mi familia y amigos. No os podéis imaginar la que se armó. Si lo llego a saber no se lo digo a nadie, quería compartir mis ilusiones con todo el mundo y de paso esperaba que alguien se apuntara a mi gran idea. Pero que va, nada más lejos, Buenooooooo
Que si tú estás loca... como te vas ha comprar un helicóptero ... que si cómo lo vas ha pagar.... que si donde lo vas ha aparcar.... que si donde vas ha aterrizar..... Mira tu por donde esto no lo había pensado, ¡me cachis! pero ahí estuve rápida; en cualquier azotea, se piden los permisos y punto. Se reían todos, como si estuviese diciendo la tontería más grande del mundo; que si deberías ir al psicólogo... ¿ al psicólogo ? hasta ahí podíamos llegar... así que me levanté y les dejé con la palabra en la boca; fui una mal educada lo reconozco, pero es que me me me enfadé mucho. Que poca sensibilidad.... Yo siempre los apoyo en todo y mira como me lo pagan. ¡Ala! más vale sola que mal acompañada.
Pasé de ellos y seguí con mis planes. Ya tenía pensado el color de del traje de pilota, nada de verde; azul celeste como el cielo, las botas, guantes, logo y todo lo que se necesita. Todo esto lo iba pensando en mis caminatas matutinas. Era feliz, hasta que uno de esos días mientras visualizaba el nombre pintado en el morro de mi helicóptero, mire hacia el cielo, y allí estaban, ¡no podía ceerlo! justo en el punto en el que tenia que hacer mi viraje para llegar hasta el edificio donde trabajo; por que yo tenía trazado ya todo el recorrido, ocho grúas, si si, ocho grúas nada más y nada menos y claro así es imposible; tendría que buscar una ruta alternativa y no está el horno para bollos. Así que a pesar mio, he pensado dejarlo para más adelante. Las obras acabaran algún día. y entonces sabrán todos lo que vale un peine, incluidos los de la escuela de vuelo. ¡Ja! buena soy yo.
Aunque, quizás un ala delta..... a lo mejor.....